Para
comenzar, daremos las definiciones básicas de cada una de las dos
industrias tomadas de la wikipedia: define industria
cultural
o economía cultural como un concepto desarrollado por Theodor Adorno
(1903 – 1969) y Max Horkheimer (1895 – 1973) para referirse a la
capacidad de la economía capitalista, una vez desarrollados ciertos
medios técnicos, para producir bienes culturales en forma masiva con
un fin de ganancia económica, pero favoreciendo su conservación y
difusión; mientras que la industria
creativa
o la economía creativa es el sector de la economía que involucra la
generación de ideas y conocimiento.
La
industria creativa engloba la cultural, por lo tanto supone un
conjunto más amplio. La segunda combina la creación, la producción
y la comercialización de contenidos creativos que sean intangibles y
de naturaleza cultural. Estos contenidos están normalmente
protegidos por copyright y pueden tomar la forma de un bien o
servicio. Incluyen generalmente los sectores editorial, multimedia,
audiovisual, fonográfico, producciones cinematográficas, artesanía
y diseño. La primera, la industria creativa incluye todas las
actividades de las industrias culturales más toda producción
artística o cultural.
Para
que todo ello sea posible, se necesitó la aparición de determinadas
invenciones técnicas (en la segunda mitad del siglo XIX) como son la
rotativa o la impresión en color que permiten la prensa de masas, el
fonógrafo o el kinetoscopio, y más tarde la radio, el cine o la
televisión. A esto se le añade que, en la mitad del siglo XX, se
empezó a reflexionar la manera en que el público se acercaba a la
obra y lo hacía en su malloría presencialmente, es decir, la gente
se desplazaba al lugar físico donde se iba a desarrollar la obra;
apareció aquí un nicho de mercado por cubrir, es decir, tenían que
crear la necesidad de ver las representaciones aún no siendo posible
acercarse al lugar, y lo consiguieron.
Además,
un ejemplo concreto (propuesto ya en 1936 por Benjamin Walter) ha
sido reconocer la transformación de la experiencia estética en la
reproducción del arte en imágenes, objetos o souvenirs a los cuales
acceden grandes sectores de la población, o bien la fotografía, más
allá de su función social, expresión artística y modos técnicos
de reproducción. La relación de las masas con la cultura cobra
sentido desde la experiencia y producción, desde la percepción y el
uso. Dicho de otro modo: necesitamos ver cosas que nos gustan,
entretenernos, y luego de verlas, tener, poseer algo en relación a
ello que nos haga recordar.
Por
lo tanto, existe una industria cultural cuando los bienes y servicios
culturales se producen reproducen, conservan, y difunden según
criterios industriales y comerciales, aplicando una estrategia de
tipo económico, en vez de perseguir una finalidad de desarrollo
cultural. Sus dos características principales son la elevada
inversión de capital que suponen y la necesaria división del
trabajo propia de una industrialización.
En
cuanto a las industrias creativas, ellas y sus bienes o contenidos
creativos se basan en el uso principal del producto y la organización
productiva que subyace a él, lo cual está en vinculación directa
con su carácter transversal, que relaciona todos los campos de la
economía: desde el turismo y ecología hasta otras esferas que
inciden en el desarrollo cultural de un país.
No
se debe olvidar que los bienes, productos y servicios culturales y
creativos están protegidos y enmarcan su ámbito de acción bajo el
modelo de las leyes de propiedad intelectual y copyright (aunque
tampoco se considera imprescindible).
La
cultura genera enormes ingresos en países como Reino Unido y EEUU
(más del 8% del PIB) y también países como México (6,7% , y es
mucho más de lo que genera el sector manufacturero o agrícola); por
tanto, y desde la óptica de las industrias creativas, no hay
división entre lo culto y lo popular, sino un conjunto de actores
que constituyen un sector o conjunto de sectores que se
retroalimentan. (Yüdice, George, 2005)
Por
tanto, existe una industria creativa cuando aquellos sectores de
actividad organizada que tienen como objeto principal la producción
o la reproducción, la promoción, la difusión y /o comercialización
de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico
o patrimonial.
Fuente: elaboración propia basándome en la materia vista en clase el día 21/10/2014, dirigida por el profesor mexicano Gerardo Ojeda.
Gerardo Ojeda |
wikipedia
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