Toshiro Kanamori |
Es
un profesor japonés que imparte clases en la Escuela Municipal de
primaria en Kanawara a 35 alumnos; y lo hace de una manera que rompe
con todos los estereotipos que podamos tener sobre la educación en
eses países: la finalidad es ser felices y dotarse de una
preocupación por los demás.
En
los valores que el profesor pretende transmitir a sus alumnos, prima
la empatía por los demás y la responsabilidad social, para que los
pequeños sean en un futuro tal vez menos consumistas y menos
manipulables. Ha conseguido además amenizar el aprendizaje de modo
que ha conseguido unirlo con la diversión pero también con el
respeto por los demás.
Pero
cómo lo hace? Su punto fuerte es potenciar la creatividad, algo que
se queda atrás en la mayoría de los sistemas educativos porque
parece “no suponer tanta importancia como otras ciencias”.
Kanamori usa un sistema con sus alumnos llamado “Las cartas del
cuaderno”, donde tres alumnos escriben cada día una carta
explicando sus vivencias e inquietudes y las leen en alto a sus
compañeros. Lo que consigue con esto es que los niños exterioricen
sus sentimientos y no creen rencores, además de generar una enorme
empatía por sus compañeros identificándose con ellos y sus
problemas.
De
hecho, cuando ha surgido algún caso de acoso escolar en el colegio,
se ha conseguido que los mismos niños se pusieran en la piel de las
víctimas. También cuando el profesor se ha excedido en algún
castigo, ha creado un diálogo entre ellos para exponer los porqués
de ambas partes. Esto supone todo una revolución pedagógica, no es
dar el brazo a torcer, es dejar de la do el autoritarismo por la
buena autoridad.
El
documental rodado en esta escuela a este profesor, titulado “Pensando
en los demás” (Children full of life) y que ha sido premiado en
numerosos festivales, termina con estas tres palabras: reír, llorar,
aprender. Porque los niños han reído en sus clases, han llorado con
los problemas de sus compañeros, y con todo ello han logrado
aprender sobre la vida más de lo que hubieran aprendido de cara a la
pared.
El
método de enseñanza de Toshiro Kanamori se corresponde más al
modelo procesual, que, como he citado anteriormente, supone una
preocupación por parte del docente, que pone su énfasis en el
proceso de aprendizaje más que en los contenidos.
En
cuanto a la potencia del profesor Guillermo Ballenato, de la
Universidad de Valladolid, y quien coincide a mi modo de ver en un
100% con el japonés, ésta comenzó con la frase: “la comunicación
y la educación son los pilares de una sociedad mejor”.
Comunicación
es lo que se muestra en todo momento por Kanamori, dialéctica,
retroalimentación, de mil maneras se puede llamar, de mil maneras lo
puede demostrar.
Aunque
tal vez de las competencias que Guillermo pretende usar en su
educación, el uso y manejo de las TIC (Tecnologías de la
Información y la Comunicación) no entre en las de docente japonés,
ya sea por falta de medios (cosa que dudo al tratarse de un país
rico) o por no suponer para él algo fundamental en la educación,
pero en el documental visionado no se aprecia la presencia de
ordenadores ni de otros aparatos electrónicos, sino que priman los
materiales escolares de toda la vida.
También
se corresponde con el modelo de aprendizaje activo que describe
Guillermo: se enfoca la diversión, el protagonista es el estudiante,
quien hace un papel activo, existe un intercambio de culturas y
valores en el grupo, gracias a que el profesor pone las facilidades
para ello, el ámbito en que se llevan a cabo sus clases siguen
siendo las aulas, pero pretende que lo que allí se aprenda, se
externalice al ámbito exterior, sus casas, sus vidas, éste es su
objetivo, el desarrollo integral, el trabajo en equipo es fundamental
aunque pone énfasis en cada uno de sus alumnos en particular.
La
personalidad de Kanamori corresponde además a cada uno de los 48
adjetivos citados por Guillermo en su ponencia. Y lo mejor es que eso
se transmite, la vocación es algo que impregna a uno y logra
impregnar también a quienes le rodean, de modo que los alumnos del
japonés, a parte de estar aprendiendo valiosas lecciones de vida,
están aprendiendo algo más importante si cabe: a disfrutar de ella,
de su valioso e finito tiempo, de reír, de llorar, de aprender.
FUENTES CONSULTADAS: http://www.elblogalternativo.com/2008/12/11/toshiro-kanamori-y-la-pedagogia-para-ser-feliz-y-pensar-en-los-demas-otra-educacion-es-posible/
FUENTES CONSULTADAS: http://www.elblogalternativo.com/2008/12/11/toshiro-kanamori-y-la-pedagogia-para-ser-feliz-y-pensar-en-los-demas-otra-educacion-es-posible/
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