viernes, 22 de mayo de 2015

TOSHIRO KANAMORI....GUILLERMO BALLENATO

Toshiro Kanamori
Es un profesor japonés que imparte clases en la Escuela Municipal de primaria en Kanawara a 35 alumnos; y lo hace de una manera que rompe con todos los estereotipos que podamos tener sobre la educación en eses países: la finalidad es ser felices y dotarse de una preocupación por los demás.


En los valores que el profesor pretende transmitir a sus alumnos, prima la empatía por los demás y la responsabilidad social, para que los pequeños sean en un futuro tal vez menos consumistas y menos manipulables. Ha conseguido además amenizar el aprendizaje de modo que ha conseguido unirlo con la diversión pero también con el respeto por los demás.
Pero cómo lo hace? Su punto fuerte es potenciar la creatividad, algo que se queda atrás en la mayoría de los sistemas educativos porque parece “no suponer tanta importancia como otras ciencias”. Kanamori usa un sistema con sus alumnos llamado “Las cartas del cuaderno”, donde tres alumnos escriben cada día una carta explicando sus vivencias e inquietudes y las leen en alto a sus compañeros. Lo que consigue con esto es que los niños exterioricen sus sentimientos y no creen rencores, además de generar una enorme empatía por sus compañeros identificándose con ellos y sus problemas.
De hecho, cuando ha surgido algún caso de acoso escolar en el colegio, se ha conseguido que los mismos niños se pusieran en la piel de las víctimas. También cuando el profesor se ha excedido en algún castigo, ha creado un diálogo entre ellos para exponer los porqués de ambas partes. Esto supone todo una revolución pedagógica, no es dar el brazo a torcer, es dejar de la do el autoritarismo por la buena autoridad.
El documental rodado en esta escuela a este profesor, titulado “Pensando en los demás” (Children full of life) y que ha sido premiado en numerosos festivales, termina con estas tres palabras: reír, llorar, aprender. Porque los niños han reído en sus clases, han llorado con los problemas de sus compañeros, y con todo ello han logrado aprender sobre la vida más de lo que hubieran aprendido de cara a la pared.
El método de enseñanza de Toshiro Kanamori se corresponde más al modelo procesual, que, como he citado anteriormente, supone una preocupación por parte del docente, que pone su énfasis en el proceso de aprendizaje más que en los contenidos.
En cuanto a la potencia del profesor Guillermo Ballenato, de la Universidad de Valladolid, y quien coincide a mi modo de ver en un 100% con el japonés, ésta comenzó con la frase: “la comunicación y la educación son los pilares de una sociedad mejor”.
Comunicación es lo que se muestra en todo momento por Kanamori, dialéctica, retroalimentación, de mil maneras se puede llamar, de mil maneras lo puede demostrar.
Aunque tal vez de las competencias que Guillermo pretende usar en su educación, el uso y manejo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) no entre en las de docente japonés, ya sea por falta de medios (cosa que dudo al tratarse de un país rico) o por no suponer para él algo fundamental en la educación, pero en el documental visionado no se aprecia la presencia de ordenadores ni de otros aparatos electrónicos, sino que priman los materiales escolares de toda la vida.
También se corresponde con el modelo de aprendizaje activo que describe Guillermo: se enfoca la diversión, el protagonista es el estudiante, quien hace un papel activo, existe un intercambio de culturas y valores en el grupo, gracias a que el profesor pone las facilidades para ello, el ámbito en que se llevan a cabo sus clases siguen siendo las aulas, pero pretende que lo que allí se aprenda, se externalice al ámbito exterior, sus casas, sus vidas, éste es su objetivo, el desarrollo integral, el trabajo en equipo es fundamental aunque pone énfasis en cada uno de sus alumnos en particular.

La personalidad de Kanamori corresponde además a cada uno de los 48 adjetivos citados por Guillermo en su ponencia. Y lo mejor es que eso se transmite, la vocación es algo que impregna a uno y logra impregnar también a quienes le rodean, de modo que los alumnos del japonés, a parte de estar aprendiendo valiosas lecciones de vida, están aprendiendo algo más importante si cabe: a disfrutar de ella, de su valioso e finito tiempo, de reír, de llorar, de aprender. 


FUENTES CONSULTADAS: http://www.elblogalternativo.com/2008/12/11/toshiro-kanamori-y-la-pedagogia-para-ser-feliz-y-pensar-en-los-demas-otra-educacion-es-posible/ 

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